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REFLEXIONES DIARIAS AA 4 ENERO

    Reflexiones Diarias. Escritas por los A.A. para los A.A.

    4 ENERO

    «EMPIEZA DONDE ESTÁS«

    Creemos que el abstenernos de beber no es más que el principio. Una demostración más importante de nuestros principios nos espera en nuestros respectivos hogares, ocupaciones y asuntos.

    ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 19

    Generalmente me resulta fácil ser agradable con la gente en el ambiente de A.A. Mientras trabajo por mantenerme sobrio, estoy celebrando con mis compañeros de A.A. nuestra liberación común del infierno de la bebida. Frecuentemente no es tan difícil difundir buenas noticias entre mis viejos y nuevos amigos en el programa.

    Sin embargo, en el hogar o en el trabajo, eso puede ser otro cantar. En las situaciones que se me presentan en esas dos áreas de mi vida, las pequeñas desilusiones de la vida diaria son más evidentes y puede ser muy difícil sonreír o llegar con una palabra bondadosa o un oído atento. Fuera de las salas de A.A. es donde me enfrento con la prueba real de la eficacia de mi paseo por los Doce Pasos de A.A.

    Del libro Reflexiones diarias
    Copyright © 1991 por Alcoholics Anonymous World Services, Inc. Todos los derechos reservados.

    En el inicio es fundamental dejar de beber, está es la admisión al cien por ciento diaria de mi impotencia a la alergia y a la obsesión, porque no hay manera de que nadie quiera ser honrado, tolerante y quiera ayudar a otro que está sufriendo cuando se encuentra en la actividad.

    La ingobernabilidad de mi vida, que se demuestra en la impotencia a mis emociones negativas, a mis pensamientos obsesivos de querer que todo se haga según “mi santa voluntad”, y en el egoísmo que busca entronizarse siempre es algo con lo que debo tener mucho cuidado y por eso son situaciones que le pido a Dios me indique como manejar o que me libere de ellas en estas 24 horas.

    Es tan sutil la enfermedad del egoísmo que se muestra de diversas formas, cuando estoy descansando y mi esposa me pide que le traiga algo y en disgusta (aparece la pereza), cuando mis hijos solicitan mi atención y yo sigo haciendo mis cosas (desconsideración), cuando quiero decirles a los demás “sus errores” porque “yo tengo la razón y nunca me equivoco” (soberbia), cuando hablo de los demás en su ausencia (discordia), porque me siento con el derecho a “juzgar” y criticar a los demás (injuria), porque finjo ante los demás (falta de sinceridad), porque busco agradar a todos (hipocresía), porque  quiero remediar mis culpas con dinero o dando cosas materiales para que “vean que soy muy bueno” (deshonestidad), porque digo que todo está mal y no cambiará (desesperanza y falta de fe), porque las cosas no tienen el resultado que deseo y/o cuando lo deseo (frustración). En todo esto es donde radica lo que debe ser cambiado y para lo cual debo estar dispuesto a hacer lo que sea para lograr un cambio profundo de personalidad, un nuevo estado de conciencia y tener una vida feliz y útil.

    Sólo por hoy comprendo que ser generoso, honesto, sincero, alegre, considerado y tener un auténtico interés por los demás y un verdadero amor por Dios es el camino que debo seguir no sólo dentro de AA sino en todos los asuntos de mi vida, empezando por mi familia, sugiriendo en mi trabajo y en todas las relaciones que voy teniendo durante el día.
    Debo ser responsable para brindar un auténtico sentimiento de solidaridad con los demás y así  aplicarme este programa egorreductor.

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