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DE LA CODEPENDENCIA A LA LIBERTAD DEL SER

    » Codependiente es aquel que ha
    permitido que el comportamiento de otra
    persona lo afecte y que está obsesionado
    por controlar dicho comportamiento «

    La otra persona puede ser un niño, un adulto, un amante, un cónyuge, un hermano, una hermana, un abuelo, el padre o la madre, un paciente o un amigo íntimo. Estas personas pueden ser alcohólicos, drogadictos, enfermos físicos o mentales o bien personas normales que de vez en cuando experimentan sentimientos de tristeza.
    La idea de este espacio es la de compartir fortaleza, experiencia y esperanza por parte de los que buscamos recuperarnos de la codependencia. Decirles a los que recién empiezan «Nosotros estuvimos ahí»
    Indice
    1. Introducción ………………………………………………………………pág,2 á 5
    2. Definiciones de Dependencia………………………………………… ..pág.,6
    3. ¿Soy una persona dependiente?……………………………………………… pág 7 á 12
    4. ¿Por qué somos dependientes?………………………………………………..pág 12
    5. Herramientas para ayudar al dependiente……………………………..pág 13 á 18
    6. Conclusiones………………………………………………………………pág 19
    7. Agradecimientos…………………………………………………………. pág 20
    8. Bibliografía…………………………………………………………………pág 21
    Introducción
    Nacemos seres dependientes, incapaces de hacer nada por nosotros mismos, y es precisamente en
    esos primeros años tras el nacimiento donde se van a colocar los cimientos para toda una vida, a no
    ser que al madurar hagamos una revisión, y nos planteemos en algún momento la eterna pregunta.
    ¿Quién soy yo?
    Andaba en esas cuando por internet encontré la página de la escuela de psicología transpersonal.
    Lo primero que leí fue un texto de José María Doria que hablaba de la mordedura de la soledad…
    Me gustó su forma de hablar y pensé en hacer el curso de las emociones, lo dejé ahí y al cabo de un
    tiempo de nuevo apareció no sé porque, información de la psicología transpersonal.
    Estaba en un momento de ―crisis‖ y pedí hora para una consulta, fue allí donde José María me
    recomendó hacer el curso de terapeuta transpersonal.
    No muy confiada, es la verdad, porque yo sentía necesidad de terapia no de ser terapeuta, me
    matriculé en el curso y aquí estoy practicando el : Si, soy capaz de hacerlo
    No estoy segura de que lo que salga de mi ordenador pueda llamarse tesis, incluso no creo que
    llegue al mínimo de 20 páginas, pero si creo que la única forma de saberlo es escribiendo
    ¿Por qué elegir el tema de la dependencia?
    Seguramente porque desde que empezamos el curso de psicología transpersonal, ya en Diciembre
    de éste año, el análisis continuo de mi sombra, la atención a las emociones, la necesidad de ―ver ‖me
    indicaban continuamente que para empezar a andar, necesitaba sentirme libre ,Independiente.
    No es posible, en mi opinión, realizar un trabajo sobre si mismo, ya sea de crecimiento transpersonal,
    o estudiar un examen simplemente, si se tiene la necesidad de que el otro, confirme ,reafirme,
    opine… sobre lo que uno está viviendo o se aventura a ver
    Así empezó mi camino, con la consciencia de que yo era un ser independiente, único, y que tenía que
    ser responsable de mi felicidad, de que en realidad era la única responsable de mi felicidad
    A partir de ahí ya no me fue posible culpar a los demás de mi aburrimiento, de lo que dejaba de
    hacer, de lo que no hacía, porque una vez que eres consciente de tu dependencia, cuando VES la
    cuerda, ya no es posible volver atrás, ya sabes que existe, que tira para el lado que puede que no te
    convenga, o si, pero que tira de ti continuamente
    En el momento que eres consciente de que no te mueves en la dirección que quieres, sino en la que
    hay que ir, puedes hacer varias cosas, una de ellas es aceptar y la otra, romper la cuerda
    La aceptación no es fácil, pero si es cómoda, mientras que romper la cuerda es duro, es doloroso,
    puede dañarte a ti y a los que tiran del otro lado, puede que queme la mano, que se desgarre sin
    llegar a soltarse y al final se corre el riesgo de permanecer en ese estado de inseguridad, de ―colgajo
    de unión‖ que no satisface ni todo lo contrario
    Y entonces llegan la preguntas: ¿Soy una persona dependiente? En ese caso ¿Qué me ha llevado a
    serlo? ¿Puedo dejar de ser dependiente?
    Dice Hamlet Lima Quintana:
    Todo depende de la luz,
    de la manera de iluminar las cosas…
    Todo depende de la forma,
    de los contornos,
    de las interpolaciones y
    de las dudas.
    Todo también depende
    de que el tiempo nos marque,
    de que los espacios nos den los titulares.
    El verdadero problema es elegir entre
    perseguir las sombras
    o resignarse a ser el perseguido.
    Un extraño “To be or not to be”
    en este casi ser
    en este casi no ser.
    Salir desde las sombras
    o hacer las sombras perdurables.
    Y en la última etapa del abismo
    después de liberar a los otros,
    a todos los que son los otros,
    recordar, sin urgencias,
    que uno es el preso.
    Y a partir de allí…
    Este ha sido mi trabajo de investigación. Recordar que uno es el‖preso‖ para poder liberarse
    Dependencia:
    ¿Por qué?
    ¿Cómo ayudar a una persona dependiente?
    ¿Cuál sería el tratamiento?
    La explicación inicial es sencilla. Nacemos, dependemos y mucho de nuestra madre/padre y solo si
    nuestras necesidades son cubiertas, podremos desarrollarnos felizmente
    Pero una vez que dejamos de depender de nuestros padres, cuando somos adultos, ¿por qué
    determinadas personas continuamos siendo dependientes?
    He leído varios libros de los llamados de autoayuda, por ej. El primero de Jorge Bucay : El camino de
    la autodependencia, también he recogido información de google, artículos que enfocan la
    dependencia emocional dentro de los trastornos psiquiátricos, otros que relacionan la dependencia
    con la educación o la sociedad en la que vive el individuo …
    De todas las fuentes he sacado las mismas conclusiones que resumiré al final del trabajo
    1. Definición
    Hay muchas formas de dependencia, dependencia económica, dependencia de un objeto adictivo
    (droga, tabaco, alcohol), dependencia del trabajo, yo me voy a centrar en la dependencia emocional
    La Dependencia Emocional es «un patrón de necesidades emocionales insatisfechas desde la niñez,
    que ahora de mayores buscamos satisfacer, mediante la búsqueda de relaciones interpersonales
    muy estrechas
    La Dependencia Emocional es un trastorno de la personalidad enmarcado dentro de
    las dependencias afectivas. Sin embargo, para otros autores, se trata de un trastorno adictivo, en el
    que el objeto que provoca la adicción es la relación de pareja, y su objetivo es llenar un vacío en el
    sujeto que la padece.
    Otra definición que da Jorge Bucay:
    Buscando el origen de las palabras: ―De pendiente‖, viene de ―de pendere‖ que significa: que cuelga,
    que está suspendido en el aire, sin base
    A su vez, Pendiente es: incompleto, inconcluso, sin resolver
    En masculino es un adorno y en femenino una inclinación, una cuesta empinada
    Por lo que llega a la conclusión de que:
    Dependiente
    Es aquel que se cuelga de otro, que vive como suspendido en el aire, sin base como si fuera un
    adorno que el otro lleva.
    Es alguien que está cuesta abajo, permanentemente incompleto, eternamente sin resolución
    Depender significa entregarse voluntariamente a que otro, me ―conduzca‖ según su voluntad y no
    según la mía
    La dependencia supone para Bucay:
    ‖una instancia siempre oscura y enfermiza que termina conduciendo a la ―imbecilidad‖ (im báculo=con
    bastón)
    Por lo que llamaría ―imbécil‖a aquel que depende de alguien para caminar
    Después hasta hace una clasificación sobre los que dependen intelectualmente, ya que temen que su
    cabeza se gaste y preguntan ¿cómo soy? ¿Adónde tengo que ir? ¿Qué hago ahora?
    Los ―imbéciles afectivos‖ dependen de que la otra persona les diga continuamente que les ama y que
    son buenos…
    Y los ―morales‖ Necesitan la aprobación de fuera para tomar decisiones
     
    3.¿Soy una persona dependiente? ¿Cómo saber si somos dependientes?
    Cuando nos planteamos la posibilidad, o la duda sobre si somos o no personas dependientes ,nos
    hacemos preguntas y damos vueltas a la mente, incluso en el caso deserlo, le preguntaremos a los
    demás. ¿Tu crees que yo soy dependiente?Aquí hay algunos puntos que podrían indicar
    dependencia:
     Cuando sentimos que si los otros están contentos con nosotros, entonces somos felices.
     Si los demás: Familia, amigos, vecinos, compañeros etc., nos aprueban, entonces nos
    sentimos bien y creemos que lo que hacemos merece la pena
     Si sufrimos de un profundo temor porque lo que digamos o hagamos pueda ofender a alguien
    y mejor evitamos los desacuerdos para no ser rechazados.
     Si estamos constantemente anteponiendo las necesidades, deseos y demandas de los
    demás, a las nuestras.
     Si decimos si, cuando realmente deseábamos decir no.
    Si necesitamos de otras personas para percibir lo bueno que hay en nosotros
    Si sacrificamos lo que verdaderamente deseamos por temor a ser abandonados o rechazados
    El amor hacia uno mismo debería ser incondicional pero para muchas mujeres, sobretodo, está
    condicionado a la opinión de los demás.
    Robin Norwood centra su análisis en la pareja, el ejemplo más contundente, y las llama «Mujeres que
    aman demasiado». (es su libro)
    ¿Por qué somos dependientes?
    Fundamentalmente por MIEDO
    Krishnananda en su libro ―De la Codependencia a la Libertad‖ –Cara a cara con el miedo‖, nos invita
    a trabajar los miedos aportando ideas esenciales para entenderlos y poder relacionarnos de una
    manera saludable.
    En este libro que me recomendó Julieta, mi tutora, y que os recomiendo también, se explica
    claramente como el niño‖aterrado‖ que algunas personas llevamos dentro, reacciona y exige con
    estrategias determinadas cuando se tiene que enfrentar a algún tipo de frustración y siente la
    privación, el vacío y el abandono que aprende a compensar también de manera muy característica,
    creando una serie de patrones de comportamiento para protegerse.
    Solamente haciendo un buen trabajo de autoconocimiento, puede el dependiente ver cuáles son esos
    patrones y entender porque reacciona así y cuál es la verdadera causa de su miedo.
    Los seres humanos sentimos el afecto o la falta de él, desde que estamos en el vientre de
    la madre. Registramos todas las emociones maternas y hasta cerca de los 6 o 7 años, depende del
    trato que nos brinden se determinará nuestro carácter
    De niños sentimos la amenaza de perder el afecto de nuestros padres si no acatábamos lo que ellos
    decían, es decir, desde muy temprano, aprendimos a amarnos y apreciarnos o a rechazarnos y
    renunciar a nosotros, dependiendo de los demás. Si no fuimos adecuadamente amados, valorados,
    comprendidos y apreciados, por las personas que fueron más significativas para nosotros (papá,
    mamá, personas que nos criaron, maestros, etc.). Esto supuso un trastorno que quedó en
    el subconsciente y que se inició a corta edad.
    En la medida que nuestros padres nos ayudaron o fallaron en satisfacer nuestras necesidades de
    afecto siendo apenas unos niños, empezamos a formarnos emocionalmente. De todo esto dependen
    los vínculos con las personas que me rodean en el presente.
    Esto hace que con padres, amigos o parejas, tengamos que renunciar a
    nuestros intereses permitiendo que nos gobiernen los de ellos:De la Dependencia emocional a la libertad de Ser
    8
     Para tener contento a papá y mamá había que sacar buenas notas, de lo contrario nos
    hacían sentir que éramos los culpables de su ira, de su disgusto y de los castigos que nos
    brindaban.
     Nuestros amigos o amigas eran aquellas personas que gozaban la aprobación de nuestros
    progenitores, de lo contrario teníamos que sostener amistades clandestinas y relaciones secretas,
    que era peor.
     Cuando mamá se enojaba por algo que no hacíamos y que no era de su agrado, nos
    amenazaba con «ya no te voy a querer», «me voy a enfadar contigo y ya no te voy a hablar»,
    Teníamos miedo ante la amenaza de perder la protección y seguridad que solo obtenemos de
    ellos.
    Resumiendo: Nuestro niño/niña interior está austado y ha aprendido a ―portarse bien‖ para no sentir
    ese enorme miedo a ser abandonado, a la soledad
    Así nos convertimos en los adultos sumisos que nos vamos a tragar todo el descontento que significa
    establecer relaciones destructivas con las personas menos indicadas, pero que nos harán repetir una
    y otra vez ese círculo de temor oculto y baja autoestima en que nos quedamos estancados Según
    dice Krishnananda :
    Equivocadamente en nuestra vida de adulto, hemos decidido que otras personas deben cubrir
    nuestras carencias tempranas de afecto y aprobación que no hubo en la infancia
    EJERCICIO DE AUTOCONOCIMIENTO:
    ¿En mi infancia, de quienes me interesaba adquirir aprobación y afecto?.
    ¿Cómo obtenía muestras de afecto, aprobación y aceptación de los adultos más importantes en mi
    vida?
    Veamos nuestra relación de pareja (o relación con la persona más importante actualmente) y
    pensemos:
    1. ¿Cuál fue mi motivación para empezarla? :
    ¿Verdadero amor?
    ¿Mi temor a la soledad?
    ¿Mi necesidad de ser aprobado socialmente?
    ¿Mi necesidad de obtener afecto?
    2. ¿Esta relación me permite? :
    ¿Ser yo mismo?
    ¿Hacer las cosas que me gustan?
    ¿Sentirme realizado?
    ¿Estar satisfecho con el complemento que me otorga la otra persona?
    Continuamente sentimos que estamos complaciendo los deseos y necesidades de otras personas
    sin haber alcanzado los nuestros; consideramos que trabajamos demasiado y los demás aprecian
    poco lo que hacemos; que les brindamos toda la atención que necesitan ante sus dolencias,
    perturbaciones, malestares, y sin embargo cuando somos nosotros quienes necesitamos de ellos no
    les importa como estemos o como nos sintamos.
    ESTO ES DEPENDENCIA EMOCIONAL
    ¿CÓMO ES EL DEPENDIENTE EMOCIONAL?
     Continuamente se encuentra padeciendo de graves necesidades emocionales, principalmente de
    falta de afecto.
     No espera ni busca cariño porque nunca lo ha recibido y tampoco por esa misma razón esta
    capacitado para darlo.
     Simplemente se apega a alguien que idealiza.
     Le interesan personas indeseables porque su deficiente autoestima le provoca fascinación al
    encontrar una persona tremendamente segura de sí misma, con cierto nivel de éxito o
    capacidades, a veces más supuestas que reales.
     Entiende el amor como «apego», enganche, sumisión, admiración a la otra persona y no como un
    intercambio recíproco de afecto.
    ¿COMO SON LAS RELACIONES
    DEL QUE PADECE DE DEPENDENCIA EMOCIONAL?
    Su relación con otra persona se basa en la necesidad excesiva de aprobación:
     Vive preocupado por caer bien, incluso a personas que ve por primera vez o desconocidos.
     Se empeña en lucir una buena apariencia.
     Expresa de distinta manera sus demandas de atención y afecto: haciendo regalos o favores
    que no le piden, preocupándose y estando pendientes de los demás, etc.
    Está lleno de expectativas irreales por su anhelo exagerado de tener pareja:
     Se llena de ilusión y fantasía al comienzo de una relación, creyendo que ha encontrado a la
    persona que siempre ha andado buscando o al encontrarse con una persona interesante.
     Uno de los pocos momentos felices de su vida es al iniciar una relación o ante la posibilidad
    de que eso ocurra.
    Anhela relaciones exclusivas y parasitarias:
     Siente necesidad continua de disponer de pareja, amigos, hijos, etc.
     Vive pendientes de ellas, incluso llamándolas constantemente a su trabajo, controlándolas,
    vigilándolas, queriendo conocer hasta el último detalle de lo que hacen con su vida privada.
     Invade la vida privada de la otra persona.
     Agobia a su pareja con excesivas demandas de atención, de consideración.
    Ocupamos una posición subordinada en la relación:
     Por la pobre autoestima.
     Elige parejas narcisistas o explotadoras.
    La relación conduce a una continua y progresiva degradación:
     Soporta desprecios, maltrato físico o emocional y humillaciones.
     No recibe verdadero afecto.
     Sus propios gustos e intereses son relegados a un segundo plano.
    Son relaciones que no llenan el propio vacío emocional, solo lo atenúan y lo agravan, porque el
    problema no está resuelto y para hacerlo se debe entrar en contacto y conocimiento de los propios
    sentimientos más ocultos:
     No recibe afecto, deteriorando aún más la autoestima.
     No se conoce lo que se demanda porque nunca se ha tenido.
    Las rupturas son auténticas traumas:
     El deseo de tener una relación es tan grande que se busca una relación después de otra.
     Se tiene un prolongado historial de rupturas y nuevos intentos.
     Cae en estados depresivos.
    Posee una autoestima muy pobre y un auto-concepto negativo:
     No se ama a si mismo porque nunca ha sido adecuadamente amado, ni valorado por las
    personas significativas, sin dejar por esto de estar vinculadas a ellos.
     El desamparo emocional y su vacío se manifiestan más cuando no está enredado en una
    nueva relación.
    Los trastornos emocionales se hacen mayores:
     Depresión (muy grave cuando la relación se rompe)
     Ansiedad (más agudizada cuando la relación está en crisis.
     Abuso de sustancias (especialmente cuando la relación peligra.
    .
    Existen trastornos con características muy similares a la dependencia emocional, por lo que el
    diagnóstico diferencial es sumamente importante, ya que de él dependerá el tratamiento posterior.
     Adicción al amor: la sintomatología es muy similar a la de la dependencia emocional, pero
    mientras que en la dependencia emocional se es dependiente de una sola persona, en la adicción
    al amor se es dependiente de las relaciones en general, es decir, que se repite una y otra vez el
    mismo patrón de relación amorosa sin importar cuál sea la personalidad de la pareja. diversos
    estudios apuntan al hecho de que las mujeres son más dependientes emocionales, mientras que
    los hombres lo son más al amor.
     Codependencia: En la codependencia, el sujeto es dependiente de una pareja que a su vez
    presenta un comportamiento adictivo, véase alcoholismo, ludopatía, adicción al trabajo, adicción a
    otras drogas, etc. En la codependencia, el sujeto afectado por la codependencia parte de la idea
    errónea de que puede y debe rescatar a su pareja de ese trastorno adictivo en el que se
    encuentra, y esto es así porque el codependiente necesita llenar un vacío emocional, y lo hace
    ocupándose de cualquier otra persona. En la dependencia emocional no tiene por qué existir un
    problema de adicciones en el otro miembro de la pareja.
     Bidependencia: Un bidependiente es aquella persona que presenta dos dependencias
    simultáneas, pudiendo ser una de ellas afectiva – dependencia hacia otra persona- y la otra a
    sustancias, por ejemplo, al alcohol.
    En otro artículo de Yolanda González Bertrán,vi claramente reflejadas actitudes que tenían que
    vER CONMIGO
    “Nos rodeamos de personas con problemas, reales o psicológicos, porque nos sentimos bien
    «ayudándoles». Escuchamos a todo el mundo porque «nos necesitan», y nos jactamos de dar
    confianza, aunque muchas veces nos sentimos obligadas y otras necesitamos que nos vampirizen.
     Queremos cambiar a los demás: Sabemos que serán mucho más felices con otra forma de
    pensar y actuar. Lo hacemos por su propio bien. Intentamos constantemente razonar con la otra
    persona sobre cómo debería ser y nos decepcionamos a nosotras mismas si no cambia.
    Necesitamos tener pareja: Si no tenemos, soñamos cómo será y creemos que no hallaremos la
    felicidad hasta encontrarle. Si conocemos a alguien que nos gusta soñamos que somos su mujer
    perfecta y que nos dice lo especial que somos. Si logramos salir con él, nuestras conversaciones y
    pensamientos se centran alrededor de ese hombre. Si lo dejamos nos sentimos asustadas porque
    creemos que ya no podemos vivir sin él.‖…….
    Y como diría Jorge Bucay: La verdad es que siempre, Siempre, puedo vivir sin el otro
    En un artículo que he encontrado de Carlos Climent,que titula :
    ―La tiranía interior‖. Se habla de la dependencia emocional como miedo a la libertad, por su interés
    paso a transcribirlo
    ……La dependencia emocional es el miedo a la libertad y se caracteriza por comportamientos
    sumisos, falta de confianza, dificultad en la toma de decisiones, inhabilidad para expresar desacuerdo
    y por un temor extremo al abandono, la soledad y la separación. Es la tirana encargada de construir
    nuestra prisión interior mediante alianzas con el miedo, la pasividad, la negación de la realidad y los
    sentimientos de culpa. Hace parte del carácter y se nutre de circunstancias desafortunadas en la
    infancia de cada quien. La dependencia emocional se manifiesta en lo afectivo, sexual, laboral,
    profesional, social y económico.
    El noviazgo, la luna de miel, las ‘parejas sin problemas’ o las ‘familias perfectas’, son idealizaciones
    que no se sostienen mucho tiempo. La discusión franca puede generar dolor, rabia y dudas, pero es
    la única forma de llegar al fondo de las diferencias. Callar o conciliar por comodidad es un grave error,
    pues impide la solución de los problemas. La realidad nos demuestra que las familias más enfermas
    son las aparentemente impecables, donde nadie levanta la voz, no se discute y no hay diferencias
    importantes. En estas familias, donde todo aparenta armonía, bondad y dulzura, se cocinan en
    secreto grandes rencores y profundas frustraciones.
    Cuando el empresario intuye la necesidad de emprender grandes cambios para superar las
    dificultades de su negocio, pero se espera pasivamente a que fuerzas externas ejecuten dichos
    cambios por él, se encuentra la quiebra a la vuelta del camino. El credo de los dependientes incluye:
    «¿Para qué incomodarme, para qué cuestionar la honestidad de mi brazo derecho en la empresa, o
    criticar a mi empleada de confianza, o exigir un cambio a mi cónyuge, o hablarle claro a mi hijo, o
    armar una discusión, si de pronto se me daña este equilibrio? y…qué pereza…».
    Hombres y mujeres basan sus elecciones de pareja en lo socialmente aceptable, pero se llevan
    grandes chascos cuando descubren la mediocridad detrás de la fachada. Las peores elecciones
    ocurren cuando están basadas primordialmente en el atractivo físico o el poder económico de las
    personas. En ambos casos, tarde o temprano, si no hay más que esto, las relaciones terminan
    convirtiéndose en algo aburrido.
    A través del miedo a la libertad se perpetúa la dependencia emocional y las personas confirman así
    su condición de prisioneras.
    Cuando estas circunstancias generan angustia y/o depresión, es probable que para aliviar tales
    síntomas se requiera un tratamiento médico, pero es necesario tener en cuenta que la disminución de
    dichos síntomas es sólo el comienzo de un proceso más profundo. Uno de los primeros pasos en el
    proceso de la independencia es combatir la fascinación por la comodidad. «Yo quiero ser libre, pero
    no quiero renunciar a mi comodidad». Y esto, obviamente es imposible, pues la libertad sólo se
    conquista a través a través de la lucha cotidiana.De la Depend
     
    No. No se trata de luchar tampoco… Se trata más bien de aceptar…
    Un solo ejemplo: los celos (qué verracos si hacen sufrir) se deben a no aceptar que yo no soy dueño
    de nadie y que sólo el amor puede unirnos…
    La libertad se conquista a través de la independencia de necesitar a los demás para sentirme bien,
    del qué dirán, de muchos falsos valores culturales, etc.
    El miedo no es tanto a lo desconocido como a apartarnos de lo conocido, así estemos hartos de
    sufrir con eso.
    Pues bien, una vez que tenemos bien claro lo que es y no es la dependencia emocional, y una vez
    que nos hemos autoevaluado y tomado conciencia de nosotros mismos, podemos pasar al siguiente
    apartado.
    4.Herramientas para afrontar la dependencia desde la psicología transpersonal
    De todo lo que hemos aprendido este curso, y si tuviera que sintetizar diría las siguientes palabras
    clave:
     Consciencia
     Atención
     Autovaloración
     Responsabilidad
     Aceptación
     Crecimiento
     Ver
     Vaciarse
    ¿Cómo ayudar a alguien que se relaciona en la vida de manera dependiente?
    Hemos aprendido durante el curso de psicología transpersonal numerosas herramientas que pueden
    servirnos ahora, para practicarlas en una consulta terapéutica
     Trabajar con nuestro niño interior, abrazándole
     Trabajar el perdón a nuestros padres y a nosotros mismos
     Hacer un ejercicio de regresión para analizar y ver aquello que nos hizo daño y que
    aparentemente hemos olvidado
     Practicar el Amor Incondicional
     Meditar
    ¿Cómo conseguir la independencia espiritual que nos proporciona el verdadero crecimiento?
    Siendo conscientes, estando atentos
     Siendo conscientes de nuestros sentimientos infundados de culpa, que nos hacen sentir
    responsables de la felicidad, la tristeza o la insatisfacción de los demás.
     Observando sin juzgar la ira y el resentimiento que hemos acumulado, por no manifestar los
    sentimientos contra los demás cuando nos sentíamos heridos, con el fin de conservar la paz
     Sacando fuera el dolor sin resolver, porque creía que debía ser fuerte y no quejarme, y
    porque el miedo a quedarse solo, sin afectos, era mucho más grande que el dolor
     Evitando el aislamiento para no enfrentar los problemas ,no cerrando los ojos, ni
    refugiándonos en el miedo
    Prestando atención al chantaje emocional, que las personas que supuestamente nos aprecian y cuyo
    afecto es importante para nosotros, a veces quieren imponernos a través de gestos, comentarios,
    amenazas encubiertas y castigos como retiro de su confianza y su atención …para hacernos responder
    a sus expectativas, deseos y frustraciones.
    Hemos aprendido que la atención plena y el darse cuenta, es el primer paso para superar cualquier
    problema, porque solo podemos resolverlo en otro plano que es el de la Consciencia y la
    Espiritualidad.
    Cuando somos conscientes y estamos atentos podemos preguntarnos:
    ¿En manos de quien deposito yo mi vida y mi confianza? ¿De verdad necesito de la aprobación de mi
    familia, de mi pareja? ¿He olvidado que existe un Poder Superior en quien confiar?
    ¿Cómo podemos ayudar a la persona dependiente desde la consulta del terapeuta transpersonal?
    Voy a hablaros ahora de mi experiencia durante el curso, como si de un caso clínico, que lo es, se
    tratara.
    La paciente, de 54 años, con formación universitaria, casada desde hace 34 años y con 3 hijos,
    acude a la consulta porque se encuentra triste, vacía y siente que ya no es feliz con su pareja y que
    su vida no le satisface.
    El terapeuta escucha, pregunta y casi enseguida le dice:
    Es fácil, lo que te ocurre es que has perdido el sentido de tu vida, tienes que hacer algo que te
    mueva, que te motive. Sal de ti misma y ya que te gusta ayudar a los demás, haz el curso de
    terapeuta transpersonal, te vendrá muy bien
    Así empezó todo. Poco a poco empecé a tomar conciencia y a abrir los ojos: ATENCION
    Y semana tras semana iba estudiando los temas…
    Un dia mientras trabajábamos el tema del duelo, encontré un antiguo amigo que se acababa de
    quedar viudo, hice mis primeras prácticas de acompañamiento consciente del dolor, y poco a poco sin
    darme cuenta, me encontré iniciando una nueva relación en la que yo volvía a mi querido personaje
    de Salvadora
    Durante el proceso de las emociones, descubrí semana a semana , sobre todo los fines de semana
    con los temas de las relaciones, como debía ser una relación sana:
    Comencé una relación sin-sin: Sin expectativas, sin apegos, sin reproches
    Creo que me sirvió para tener la relación más sana y bonita que haya tenido nunca.
    Pero… para demostrar que era sin apego ni dependencia, la vida, mi vida anterior a esto me
    recuerda: tienes una pareja oficial y no se puede tener dos
    Allí empieza mi torbellino emocional, las mentiras, las salidas a escondidas .. y luego inevitablemente,
    reconocer y aceptar la verdad.
    Lo que estaba haciendo no estaba bien, porque me mantenía en un estado de ansiedad indescriptible
    A partir de ahí, he trabajado mi niña interior, no deseada ,he perdonado y comprendido a mi madre y
    a mi padre con sus adicciones. He comprendido como el niño que lleva mi marido en su interior está
    sufriendo también, trabajé con él la ficha del curso y lloró como yo no le había visto en todo ese
    tiempo, se dio cuenta de lo solo que estaba y de la gran dependencia emocional que sentía
    Empezamos a hablar en otro idioma ,a ver cómo era nuestra relación, y como queríamos que fuera
    Empezamos a entender algo.
    El encuentro que tuvimos en Kay Zen, con personas tan conscientes, tan avanzadas en el camino
    espiritual, me sirvió para avanzar o al menos abrir una puerta que ya no se puede cerrar
    Después estuve sola de vacaciones en Galicia, sintiendo el silencio y la soledad y aprendiendo de mi
    La última semana la pasé en un grupo de yoga, meditación y creatividad, que también me han
    ayudado a seguir avanzando
    Y estas han sido las herramientas que he empleado y me han ayudado a trabajar con mi dependencia
    Meditación, ejercicio físico, respiración consciente, lectura nutritiva y recordar que Somos Amor
    Actualmente me considero un poco menos dependiente y sobretodo consciente de cómo me
    relaciono, aunque siga muchas veces con patrones equivocados
    Para terminar quiero adjuntar un pequeño cuento muy nutritivo:
    Es la historia de un emperador chino, gran amante de la pintura, que invitó a todos los pintores de su
    reino a una gran competición
    Uno de los pintores puso como condición que él tardaría tres años en pintar el cuadro
    Cuando terminó el trabajo, el emperador pudo ver una pared del palacio pintada con un paisaje ,un
    bosque y unas montañas. En medio del cuadro había un sendero.
    Al emperador le pareció muy hermoso y quiso saber a donde llevaba el sendero.
    El pintor dijo: Eso no hay forma de saberlo a menos que lo haga caminando
    El emperador cogió al artista de la mano y ambos se adentraron en el sendero desapareciendo entre
    las montañas. Aún no han regresado.
    Todos nosotros estamos siguiendo un largo camino, a veces maravilloso y a veces doloroso,
    subiendo a la montaña
    Nuestra búsqueda consiste en encontrarnos a nosotros mismos y compartir en el proceso, un amor
    profundo con otra persona (Krishnananda)
    La solución al problema: La Autodependencia
    ¿Qué quiere decir autodependencia?(Texto extraido de Jorge Bucay,la autodependencia)
    ……Supongamos que yo quiero que Fernando me escuche, que me abrace, que esté conmigo
    porque hoy no me basto conmigo.
    Y Fernando no quiere. Fernando no me quiere.
    Entonces, en lugar de quedarme llorando, en lugar de manipular la situación para obtener lo que
    él no quiere darme, en lugar de buscar algún sustituto (que me necesite, que me tenga lástima, que
    me odie, que me tema), en lugar de ese recorrido, quizás pueda preguntarle a María Inés si no quiere
    quedarse conmigo.
    Yo no me basto pero tampoco dependo de Fernando, sino de mí. Yo sé qué necesito y si él no
    quiere, quizás María Inés…
    Esto es la autodependencia. Saber que yo necesito de los otros, que no soy autosuficiente, pero
    que puedo llevar esta necesidad conmigo hasta encontrar lo que quiero, esa relación, esa contención,
    ese amor…
    Y si Fernando no tiene para mí lo que necesito, y si María Inés tampoco, quizás yo pueda seguir
    buscando hasta encontrarlo.
    ¿Donde sea?
    Sí, donde sea.
    Autodepender significa establecer que no soy omnipotente, que me sé vulnerable y que estoy a
    cargo de mí.
    Yo soy el director de esta orquesta, aunque no pueda tocar todos los instrumentos. Que no
    pueda tocar todos los instrumentos no quiere decir que ceda la batuta.
    Yo soy el protagonista de mi propia vida. Pero atención:
    No soy el único actor, porque si lo fuera, mi película sería demasiado aburrida.
    Así que soy el protagonista, soy el director de la trama, soy aquel de quien dependen en última
    instancia todas mis cosas, pero no soy autosuficiente.
    No puedo estructurarme una vida independiente porque no soy autosuficiente.
    La propuesta es que yo me responsabilice,
    que me haga cargo de mí, que yo termine adueñándome para siempre de mi vida.
    Autodependencia significa dejar de colgarme del cuello de los otros. Puedo necesitar de tu
    ayuda en algún momento, pero mientras sea yo quien tenga la llave, esté la puerta cerrada o abierta,
    nunca estoy encerrado.
    Me sé dependiente, pero a cargo de esta dependencia estoy yo.
    Autodependencia es, para mí, sinónimo de salud mental.
    Del afuera necesito, por ejemplo, aprobación.
    Todos necesitamos aprobación.
    Pero cuando tenía cinco años, la única persona que me podía dar aprobación era mi mamá. No
    había ninguna otra persona que pudiera reemplazarla.
    Una vez adulto, me di cuenta que si ella no me daba esta aprobación, otra persona podía
    hacerlo.
    Puede suceder que algunas de las cosas que yo creo o disfruto, a mi esposa, con la que vivo
    hace veintisiete años, no le gusten…
    Pero lo que debo hacer no es romperlas porque a ella no le gustan.
    Quizás a otros sí les gusten.
    Quizás pueda compartirlas con otra persona.
    Quizás pueda aceptar que es suficiente con que me gusten a mí.
    El hecho concreto de que a mí no me interese para nada el realismo mágico no quiere decir que
    mi esposa deba dejar de leer a su autor preferido.
    En el peor de los casos, si ella quiere mantener conversaciones sobre los autores que le
    interesan y yo ni siquiera soporto hablar del tema, deberá buscarse alguna otra persona con quien
    compartir esas inquietudes.
    Podrá ir a ver las películas de Richard Gere con alguien que no sea yo si es que a mí no me
    interesa Richard Gere.
    No tendrá por qué someterse al martirio de acompañarme a la ópera si no le gusta, porque
    siempre puedo ir solo o invitar a Miguel o a Lita, a quienes sé que les gusta.
    Esto significa ser autodependiente.
    Autodependencia significa contestarse las tres preguntas existenciales básicas:
    Quién soy, adónde voy y con quién.
    Pero contestarlas en ese orden.
    Cuidado con tratar de decidir adónde voy según con quién estoy. Cuidado con definir quién soy
    a partir de quién me acompaña.
    No nos sirve este esquema.
    No puedo definir mi camino desde ver el tuyo y no debo definirme a mí por el camino que estoy
    recorriendo.
    Voy a tener que darme cuenta: soy yo el que debe definir primero quién soy.
    Al respecto, yo suelo decir que contestarse estas preguntas determina la diferencia entre un ser
    humano, un individuo o una persona.
    Porque éstos son tres conceptos diferentes.
    Cuando nacemos todos somos seres humanos, es decir, pertenecientes al género humano.
    Como tales, somos todos iguales. A medida que crecemos, vamos desarrollando en nosotros parte
    de lo que traíamos como información genética, nuestro aspecto físico, nuestras fortalezas y nuestras
    debilidades, y una parte de nuestra forma de encarar la vida, es decir, nuestro temperamento6.
    Al nacer, sólo somos seres humanos. Este temperamento, que al principio es idéntico o
    parecido a millones de otros, con la experiencia, la historia personal, nos transforma en el individuo
    que cada uno de nosotros va a ser.
    Individuo quiere decir indiviso, alude a la unidad que cada uno de nosotros es, pero también
    quiere decir único, en el sentido de especial. D
    Seres humanos somos todos ―de nacimiento‖, y como seres humanos tenemos ciertas
    características comunes: un corazón con dos aurículas, dos ventrículos, un cerebro, etc. Pero como
    individuos, hay cosas que son únicas y nos pertenecen a nosotros.
    .
    Ser una persona es más todavía. Casi todos los seres humanos que conozco han llegado a ser
    individuos, pocos han llegado a ser personas. Para llegar a ser una persona es necesario asistir y
    padecer un proceso.
    El proceso de convertirse en persona, como lo llamaba Carl Rogers, es doloroso; implica ciertas
    renuncias, ciertas adquisiciones y también mucho trabajo personal.
    Para autodepender, voy a tener que pensarme a mí
    como el centro de todas las cosas que me pasan.
    Autodependencia es un espacio que tiene que ver, a veces, con cierta ingratitud.
    Porque la gente autodependiente no es manipulable. Y todo el mundo detesta a aquella gente
    que no se deja manipular.
    Nos encanta pensar que…
    “¡Hay cosas que no podés hacer!”
    “¡Hay cosas que no me podés decir!”
    “¡Vos no me podés decir eso a mí!”
    Y digo:
    ¿Por qué no?
    “¡No, porque él no puede!”
    Sí puede.
    “Él no debe…”
    ¿Por qué no debe? ¿A quién le debe? No debe nada.
    Es tu responsabilidad. No podemos seguir echándole la culpa
    al otro. No podemos seguir creyéndonos esta cosa que ya ni siquiera es una pauta educativa.
    Entonces, lo que digo con la palabra ―autodependencia‖ es:
    Puedo pedirte ayuda, pero dependo de mí mismo.
    Dependo de mis partes más adultas para que se hagan cargo del niño que sigo siendo.
    Dependo de mis partes más crecidas para que se hagan cargo de mis aspectos más inmaduros.
    Dependo de ocuparme de mí.
    Dependo de poder ocuparme de ser capaz de depender del adulto que soy sin miedo a que me
    vaya a abandonar.
    Lo que pasa con la gente que sufre es que ha sido abandonada de sí misma. Ha padecido el
    abandono de sus partes adultas; sus niños han quedado a la deriva, sin nadie que los contenga. Y
    han tenido que ir a buscar por ahí, a cualquier lado, ayuda, y más que ayuda, dependencia.
    Este es un proceso absolutamente reversible. Siempre, siempre.
    Tengo que poder darme cuenta que hay un adulto en mí que tiene que hacerse cargo de ese
    niño en mí. Después de poder depender de mí, después de saber que me tengo que hacer cargo de
    mis aspectos dependientes, recién entonces buscar al otro.
    Para poder ayudarte, pedirte, ofrecerte, para poder darte lo que tengo para darte y poder recibir
    lo que vos tengas para darme, primero voy a tener que conquistar este lugar, el lugar de la
    autodependencia.
    Y ya que dependo de mí, voy a tener que concederme a mí mismo algunos permisos si quiero
    ser una persona. Y digo concederme a mí mismo y digo que te concedas a vos mismo y digo que
    cada uno haga lo propio; porque no hablamos del señor que cometió un error y está preso, de la
    pobre mujer descerebrada que está en una cama del hospital ni del hombre que agoniza víctima de
    una enfermedad terminal… Hablamos, en verdad, de nosotros. De los permisos que Virginia Satir
    llamaba ―inherentes a ser persona‖. De la Dependencia
    Cualquiera que no ostente alguno de estos cinco permisos no es una persona.
    Y uno se pregunta, ¿qué es, si no es una persona?…
    Será, con toda seguridad, un ser humano, tal vez también un individuo, pero… una persona NO.
    Porque, como dije anteriormente, ser persona es mucho más.
    1/ Me concedo a mí mismo el permiso de estar y de ser quien soy, en lugar de creer que
    debo esperar que otro determine dónde yo debería estar o cómo debería ser.
    2/ Me concedo a mí mismo el permiso de sentir lo que siento, en vez de sentir lo que otros
    sentirían en mi lugar.
    3/ Me concedo a mí mismo el permiso de pensar lo que pienso y también el derecho de
    decirlo, si quiero, o de callármelo, si es que así me conviene.
    4/ Me concedo a mí mismo el permiso de correr los riesgos que yo decida correr, con la
    única condición de aceptar pagar yo mismo los precios de esos riesgos.
    5/ Me concedo a mí mismo el permiso de buscar lo que yo creo que necesito del mundo,
    en lugar de esperar que alguien más me dé el permiso para obtenerlo.
    Estos cinco permisos esenciales condicionan nuestro ser persona. Y ser persona es el único
    camino para volverse autodependiente.
    Porque estos permisos me permiten finalmente ser auténticamente quien soy.
    El primero dice que si yo soy una persona tengo que concederme a mí mismo la libertad de ser
    quien soy. ¿Qué quiere decir esto? Dejar de exigirme ser el que los demás quieren que sea: el que
    quiere mi jefe, el que quiere mi esposa, el que quieren mis amigos o el que quieren mis hijos. Ser
    persona es darme a mí mismo la libertad de ser el que soy.
    Es probable que a muchos no les guste que sea el que soy; es probable que cuando otros
    descubran que soy el que soy —y que además me doy la libertad de serlo— se enojen conmigo.
    Todos podemos llegar a ser personas, pero si no empezamos por este permiso, no hay
    posibilidades; nos quedaremos siendo individuos parecidos a muchos otros individuos que se sienten
    a sí mismos diferentes, pero que obedecen y pertenecen al club de aquellos que no se dan el
    derecho de ser quienes son; que intentan parecerse a los demás.De la Depend
    6-Conclusiones
    Podría seguir escribiendo sobre lo que he aprendido de muchos autores, pero todo está ahí
    escrito ¿para qué reescribir?
    Hay que vivir la autodependencia, hay que trabajar cada día y aceptarse dependiente y seguir
    viendo la forma de autocomplementarnos ,de vernos como lo que somos, aunque esa gran amnesia
    ,como dice José María amenace con invadirlo todo. Recordar que soy un Ser completo en mi misma,
    y dejar de buscar fuera lo que ya está dentro
    Podemos abrir el corazón y llenar definitivamente ese gran vacío, que es el origen del miedo, del
    sentimiento de soledad y el origen de las dependencias y de las adicciones.
    ¿Cómo?
    Desde la consciencia y la seguridad de saber quién soy. Trascendiendo el ego y dejando paso a
    nuestro Ser
    Creo que llegará el día en que pueda decir sin vacilar:
    Ahora si sé que soy un Ser de luz, en el camino de vuelta a casa y que las relaciones personales que
    van apareciendo en mi vida, no son sino grandes lecciones que ella me presta para seguir creciendo
    Voy a terminar aquí, he leído tres libros, trabajado en ellos y buscado información en internet. Todo, o
    mucho, está escrito. No voy a seguir copiando de otros para llenar páginas, ya no necesito que mi
    tesis sea ―la mejor‖, ya no necesito ―tener títulos‖, durante muchos años no he hecho otra cosa que
    acumular títulos y aunque es cierto que este año me he matriculado en un máster de cuidados de
    enfermería, lo hice antes del verano, cuando aún no me daba buena cuenta de mi dependencia.
    Voy a dedicarle el tiempo justo y esta vez lo haré disfrutando.
    Creo que puedo concluir que la tesis, que tanto se me atragantó al principio, es una buena forma de
    ahondar en lo que más nos duele, una vez más se confirma que los métodos que elige la Escuela son
    acertados, de ahí también mis agradecimiento
    Bibliografía
    De la Codependencia a la Libertad ,autor Krishnananda
    El camino de la Autodepencia, de Jorge Bucay
    Meditaciones de Osho
    Las mujeres que aman demasiado , de Robin Norwood
    Artículos de internet. Yolanda Gonzaléz, sobre la Dependencia Emocional
    Escuela de Desarrollo Transpersonal
    Internet: Monografias .com
    www.vidaemocional.com
    NADA TE ATA EXCEPTO TUS PENSAMIENTOS
    NADA TE LIMITA EXCEPTO TU MIEDO
    NADA TE CONTROLA EXCEPTO TUS CREENCIAS.  Marianne Williamson
    1.-¿Te humillas demasiado?
    2.-¿Los demas te manipulan?
    3.-¿Temes herir los sentimientos de los demas si hablas con sinceridad?
    4.-¿No sabes expresar tu ira de un modo adecuado?
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    Baja autoestima: Sientes que no vales nada y que tu vida sólo tiene sentido si te dedicas a cuidar de la vida de otros
    Control: Dedicas casi toda tu energía para controlar y vigilar la vida de otras personas, para que no se equivoquen, para cuidar de ellas.
    Frustración; Dedicas tu vida, tu tiempo, tu energía a cuidar de los demás, a resolver sus problemas, pero nadie te valora, has sacrificado tus sueños y deseos y nadie reconoce el valor de tanto sacrificio, eso te produce un profundo sentimiento de frustración.
    Ira; Nadie te reconoce, cuanto más te sacrificas más te ignoran, todo lo haces por el bien de los demás, pero nadie te reconoce, no hacen lo que tú dices, eso te llena de ira, te sientes literalmente prisionero.
    Pensamiento obsesivo: No puedes dejar de pensar en cómo solucionar los problemas de los demás, no puedes dejar de preocuparte por los otros
    Dificultad para responsabilizarse por la propia vida: Estás tan ocupado con los problemas de otros que apenas te ocupas de tu propia vida, que ya es un verdadero caos.
    Dificulta o imposibilidad de decir NO: Te sientes culpable, no puedes decir que no.
    Dificultad o imposibilidad de comunicar : Crees que no tienes derecho a hablar y expresar lo que realmente sientes, porque en definitiva, no puedes aceptar lo que sientes.
    Necesidad permanente de aprobación: Todo lo que haces es pensando en agradar a los demás, haces cosas que no quieres ni te gustan, con el único objetivo de sentir que te aprueban.
    Si te detienes a analizar las características mencionadas anteriormente, se puede concluir que nadie que presente sólo algunas de ellas puede ser feliz, ni siquiera puede vivir en forma apenas satisfactoria.
    Superar la codependencia es una tarea indispensable, ya que si no se trata las manifestaciones de la codependencia se agravan llegando a producir síntomas físicos, además de cuadros depresivos severos.
     
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    Lo que no debes hacer por los demás
    Quizás eres una de esas personas que siempre está lista a ayudar a los demás. Tienes carácter amigable y te gusta servir a otros, darles lo mejor de ti. Con frecuencia puedes notar que, por un lado, tus esfuerzos no se ven compensados con una solución real para los problemas del otro; y, por otro lado, no recibes ayuda con el mismo esmero con que la brindas.
    Tus intenciones son, seguramente, muy nobles. Y aunque le colabores a los demás sin esperar realmente nada a cambio, te preguntas por qué llegan a ser injustos contigo. Te frustras también porque, a pesar de todo el empeño que pones, finalmente no logras marcar un punto de quiebre en las dificultades de otras personas. ¿Qué pasa? Que a veces lo mejor que puedes hacer por los demás, es precisamente, no hacer nada.
    La mariposa que no voló
    Cuenta una vieja historia que un hombre encontró el capullo de una mariposa tirado en el camino. Pensó que allí corría peligro y entonces lo llevó hasta su casa para proteger esa pequeña vida que estaba por nacer. Al día siguiente se dio cuenta de que el capullo tenía un orificio diminuto. Entonces se sentó a contemplarlo y pudo ver cómo había una pequeña mariposa luchando para salir de allí.
    El esfuerzo del pequeño animal era titánico. Por más que lo intentaba, una y otra vez, no lograba salir del capullo. Llegó un momento en que la mariposa pareció haber desistido. Se quedó quieta. Era como si se hubiera rendido.
    Entonces el hombre, preocupado por la suerte de la mariposa, tomó unas tijeras y rompió suavemente el capullo, a lado y lado. Quería facilitarle al animalito la salida. Y lo logró. La mariposa salió por fin. Sin embargo, al hacerlo, tenía el cuerpo bastante inflamado y las alas eran demasiado pequeñas, parecía como si estuvieran dobladas.
    El hombre esperó un buen rato, suponiendo que se trataba de un estado temporal. Imaginó que pronto, la mariposa extendería sus alas y saldría volando. Pero eso no ocurrió. El animal permanecía arrastrándose en círculos y así murió.
    El hombre ignoraba que la lucha de la mariposa para salir de su capullo era un paso indispensable para fortalecer sus alas. En ese proceso, los fluidos del cuerpo del animal pasaban a las alas y era así como se convertía en una mariposa lista para volar.
    No intervenir es también ayudar
    La moraleja de esta historia podría describirse así: no hagas por otros nada que ellos puedan hacer por sí solos. De pretender ayudar a los demás desinteresadamente a adoptar un papel salvador que les hace, y nos hace, daño, hay solo un paso.
    Ayudar sin que alguien lo haya pedido, o realizar sacrificios gigantescos por otros, puede ser un gran error. Nos puede animar un sentimiento auténtico de generosidad, pero también la motivación puede ser un deseo secreto de generar dependencias de los demás hacia nosotros.
    Con esa ayuda ilimitada podemos conseguir que las personas a nuestro alrededor se vuelvan pasivas y egoístas. Además, intervenimos en su desarrollo y probablemente estemos contribuyendo para que nunca “extiendan las alas”.
    De este modo, fácilmente una persona puede dejar de ser el salvador para convertirse en víctima del “salvado”. Genera las condiciones para ser objeto de la explotación de otros y son los demás quienes toman el control sobre él. Es una situación en la que nadie sale ganando.
    Evitarle esfuerzos o luchas a otros, es también evitarles logros y libertad. El secreto está en darle la mano a los otros cuando LO NECESITAN, no cuando LO QUIEREN. Alguien en condición de vulnerabilidad demanda nuestra ayuda, nuestra solidaridad: una persona enferma, física o emocionalmente; alguien que se encuentra en condiciones de limitación; otro que requiere un aporte puntual para seguir adelante.
    El otro secreto es ofrecer una ayuda concreta. Colaborarle a alguien no significa adoptarlo de por vida. Esto se aplica incluso con los hijos, porque el propósito es ayudarles a volar y no a seguir moviéndose en círculos eternamente. Así que la solidaridad bien entendida ofrece ayudas específicas, no contratos de apoyo a término indefinido.
    Dice una máxima oriental que “Es mejor cumplir con nuestro deber que con el deber del otro, por bien que lo podamos hacer”. Gran verdad.
    «Dame un pez y cenare esta noche, enseñame a pescar y cenare siempre» Proverbio chino
     
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    Dra. Ana T. G-Paullada de Cantú En este breve artículo hablaremos en femenino, debido a la preponderancia del sexo femenino en este padecimiento, sin embargo no es excluyente del sexo masculino. Se dice (en broma) que cuando una Codependiente va a morir, ve pasar la vida de otro ante sus ojos. Y esto se aclarará una vez que hayan leído el presente artículo. Para poder mejorar la Codependiente necesita en primer lugar pedir ayuda ya que las conductas y hábitos que ha desarrollado a lo largo del tiempo se han rigidizado y se vuelven automáticas. Este paso (la ayuda) es el más difícil, ya que como hemos mencionado en otros artículos los codependientes no sienten que ellos estén mal, sino que todo el problema ha sido el o los Químico Dependientes en su vida. En muchas ocasiones llegan a solicitar ayuda cuando se ha complicado su cuadro ya sea con Depresión, Trastorno de Ansiedad , Alteraciones en el Sueño, cansancio crónico o sus problemas de relaciones interpersonales se han complicado demasiado. Aún entonces, cuando se sienten muy mal emocionalmente, siguen pensando que el problema está afuera y no en ellas mismas. Debido al sistema de pensamiento dirigido a controlar o manejar el exterior para así sentirse “mejor” , se les dificulta enfocarse en sí mismas, poniendo mayor énfasis en la otra u otras personas. Con todo lo anteriormente descrito, el principal problema es “soltar” a las personas a su alrededor y responsabilizarse de su propio bienestar. Existen además otras dificultades en su recuperación, precisamente por su esquema de pensar Codependiente.
    Algunas de estas dificultades son:
    1) Sentirse víctima crónica: cuando existe este tipo de pensamiento, manejan gran autoconmiseración pensando que el mundo y las personas no han sido “justas” con ellas, que se han “aprovechado” de ellas y que no han obtenido el “reconocimiento” o apoyo merecidos. En este punto sería muy importante checar si no está padeciendo un cuadro de Depresión lo cual también podría interferir en su recuperación.
    2) Poner en primer lugar a las personas y sus juicios, antes que su propia rehabilitación, es decir no se responsabilizan de sus necesidades. Esto muchas veces les impide darse la oportunidad de ir a grupos “porque se va a enojar mi marido” o porque “qué van a pensar de mí las demás personas”. Y muchas veces no quieren tomar medicación porque o “está muy cara” o porque su familiar no “cree” que necesite el medicamento.
    3) Negar su propio padecimiento o minimizarlo. Tienden a compararse con otros Codependientes (igual que los QuímicoDependientes) y entonces se dicen a sí mismas “esas cosas que dicen en grupos nada mas me deprimen más, ellos o ellas están mucho peor porque a mi no me suceden esas cosas” o en su negación dicen “yo no estoy mal”. Con lo que justifican el no acudir a los grupos porque se sienten “diferentes”.
    4) Pensar que el tratamiento es para ayudarlas a controlar o cambiar a los demás. Es frecuente que acudan a terapia o a grupos, pensando en la vida de otras personas y cómo le van a hacer ahora para hacerlos entender y cambiarlos.
    5) Dificultad en confiar y pedir ayuda externa. No saben pedir ayuda para sí mismas. Y tratan de hacer las cosas ellas solas, con el resultado obvio de que continúan con sus patrones enfermos.
    6) Gran carga de resentimientos, que les impide dejar de pensar o “soltar” a las personas “causantes” de su malestar, por lo que se quedan “enganchadas” con el pasado y se les dificulta disfrutar su presente.
    7) Otra gran dificultad es la falta de información, tanto de la Químico Dependenciacomo de la Codependencia, con lo que se puede posponer indefinidamente la ayuda.
     
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    PROGRAMA DE RECUPERACION: La principal finalidad de la recuperación en la Codependencia, es atenderse a sí misma en toda la extensión de la palabra. Esto significa que pueda retomar control de su vida (no de otros), sus emociones y sus necesidades para ser más objetiva , fortalecerse y poder tomar decisiones más sanas en su vida. Es decir, accionar hacia metas y expectativas personales (acción congruente) y no el reaccionar únicamente de acuerdo a las circunstancias y acciones de otros. Mencionamos además que deben chequearse con un médico psiquiatra en caso de sentirse tristes, desesperanzadas, desmotivadas, llanto fácil etc. lo que podría hablar de un cuadro depresivo. Con lo anteriormente descrito en forma breve, el programa y la terapia requerida para la Codependiente rompe con su esquema tradicional de querer hacer las cosas a su manera y ella “sola”. Debemos recordar que tanto el Químico Dependiente como el Codependiente presentan mucho sufrimiento y conductas enfermas, por lo que muchas veces los hijos no tienen a alguien en quien apoyarse y solicitar ayuda adecuada. Si en realidad desea el Codependiente resolver los problemas en su familia, necesariamente tiene que estar ella en recuperación para sanar y poder ayudar posteriormente a su familia. De otra manera continuará tropezándose con la misma piedra. Recuerda : “Si quieres tener resultados diferentes, tienes que hacer las cosas diferentes “. Esto no es fácil, ya que se cae en patrones de conducta automáticos o conocidos que con el tiempo se rigidizan, por eso es tan importante contar con ayuda externa que les sirva de guía y de “cerebro auxiliar” y así encontrar alternativas sanas. La recuperación consiste en hacerse responsable de sí misma, buscando alternativas de conducta sanas, desarrollar el control de su propia vida, para dejar de sufrir; todo ésto a través de ayuda externa que le servirá de guía como los grupos Alanon, Familias Anónimas, madrinas (personas en recuperación con programa) y terapeutas especializados en Codependencia.
    PARA LA RECUPERACION ES DE SUMA IMPORTANCIA PEDIR AYUDA Y TRABAJAR LOS SIGUIENTES PUNTOS:
    1) Observarse y hablar de sí misma con la finalidad de reconocer conductas repetitivas que crean estrés.
    2) Aprender a “soltar” a los demás y dejar de hacerse responsable por el” bienestar” de otros. Esto no quiere decir abandonarlos, sino simplemente permitir que los demás se hagan responsables de sí mismos y apoyarlos siempre y cuando no le acarreen consecuencias.
    3) Establecer límites personales (a sí misma) y respetarlos, es decir “hasta donde puedo o quiero dar o ayudar sin que me duela o afecte”. Aprender a decir no cuando la situación lo requiera y aprender a manejar la culpa que muchas veces acarrea.
    4) Buscar alternativas con conductas sanas, evitar los extremos del “todo o nada”
    5) Dejar de culpar a otros por su propio malestar y pensar “qué podría hacer yo para sentirme mejor en lugar de qué deben hacer ellos para que yo esté bien”.
    6) Trabajar resentimientos con el grupo, terapeuta o madrina para poder continuar sin el “ancla” que ésto produce (el pasado) y así poder disfrutar la vida hoy.
    7) MUY IMPORTANTE INFORMARSE DE LA QUIMICO DEPENDENCIA Y CODEPENDENCIA.
    8) Acudir al médico especialista para un chequeo si presenta molestias físicas o emocionales. Mencionamos además que deben chequearse con un médico Psiquiatra en caso de sentirse tristes, con alteraciones en el sueño, alteraciones en el apetito, desesperanzadas, desmotivadas, llanto fácil etc. lo que podría hablar de un cuadro depresivo. O si se encuentran con un estado de ansiedad importante, con preocupación constante, ideas obsesivas, sudoración, taquicardia, “falta de aire”, miedos, etc lo mismo, acudir al médico Psiquiatra para su valoración.
    En resumen, una vez que la Codependiente busca su recuperación personal dejará de sufrir las consecuencias de la vida de los demás y podrá obtener la libertad y energía para determinar y responsabilizarse acerca de qué tipo de vida puede y quiere llevar. Con lo anterior está evitando mayores complicaciones o resolverlas en una forma más adecuada una vez que se han desarrollado. Todo ésto que mencionamos es un proceso y como cualquier otro proceso requiere de tiempo y un trabajo para lograr resultados. Nuestra experiencia es que cuando por fín comprenden algunos de estos puntos, podrán ver alternativas viables para una vida mejor y definitivamente cuando comienzan su programa, los niveles de estrés van disminuyendo en forma importante.
    Revista de las Adicciones
    www.revistaadicciones.com

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