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EMOCION. VERGUENZA

    Turbación en el ánimo por el miedo a sufrir algún tipo de desprecio, confusión o infamia.
    Es la más íntima de las emociones y una de las más difíciles de admitir y descargar. Es poderosa e influye sobre las demás.
    Se manifiesta con una sensación de incomodidad. Uno tiene la necesidad de esconder la cara, de ponerse de espaldas y de huir. A veces enrojece. Quisiera que la tierra me tragara o Me habría querido fundir, son algunas expresiones coloquiales que expresan el sentir de la persona inundada por esta emoción.
    Un secreto que se hace público, o razones poco honradas que quedan expuestas a los demás, pueden ser causa de vergüenza. También se puede producir cuando tenemos el convencimiento de que no merecemos determinado favor o distinción que se nos hace. No nos sentimos dignos y pensamos que, por alguna equivocación, hemos accedido a un lugar que no nos corresponde y no sabemos si debemos gozar del momento o salir huyendo de allí. A menudo uno querría desaparecer.
    Nuestra sociedad se ha valido de la vergüenza como forma de control social. Es un sentimiento social, un estado de ánimo penoso ocasionado por la pérdida real, presunta o temida, de la propia dignidad.
    Desencadenantes de la vergüenza:
    • Humillación. • Insulto.• Desprecio. • Confusión.
    • Infamia. • Ridículo.
    La vergüenza aparece cuando algo que no debía ser mostrado queda expuesto ante los demás y al juicio social .
    En el fondo de la vergüenza hay el miedo a «ser mal visto» a ser «mal considerado» y por tanto, miedo al rechazo. Quien sufre vergüenza suele ser, en el fondo, una persona insegura de sí misma y desconfiada respecto a los demás. La vergüenza es una reacción negativa dirigida contra uno mismo. Cuando alguien siente vergüenza querría «desaparecer o fundirse» de tal modo que nadie lo viera ni se diera cuenta de su existencia. Ref. Libro “Crisis emocionales”. Mercè Conangla. Editorial Amat
    Aquello que empieza en colera, acaba en verguenza. Benjamin Franklin
    ANÁLISIS DESDE LA ECOLOGÍA EMOCIONAL
     ENERGÍA: La energía generada por la vergüenza nos mueve a escondernos o a huir.
     TERRITORIO. Cierra nuestros territorios. Evita la exploración y la “exposición”. Queremos escondernos de la mirada de los demás conscientes de que seremos juzgados por algo que a nuestros ojos es rechazable.
     CLIMA: Se sufre. Es un clima emocional repleto de soledad, rechazo, incomprensión, dureza, juicio. Es una autoagresión.
     VINCULOS: Nos separa de los demás puesto que nosotros mismos nos desvinculamos y nos apartamos.
     SENTIDO: Sentimiento generador de destrucción si toma el control de nuestra vida.
    LA CONSTELACION DE LA VERGUENZA
    Pueden estar en su orbita
    culpa-rechazo-ira-dependencia-inseguridad-autodesprecio-incomodidad
    la contrarrestan: autoestima-aceptacion-autonomia personal-coherencia con uno mismo-confianza
    GESTIÓN EMOCIONALMENTE ECOLÓGICA
    Un mensaje cifrado
    La vergüenza nos informa de que nos sentimos inseguros o de que hemos sido poco honestos. También nos indica que vivimos más pendientes del juicio de los demás que del propio.
    Nos propone rehacer la construcción de nuestro autoconcepto, autoestima y adquirir el valor de ser nosotros mismos a fin de disminuir el impacto de la mirada ajena en nuestra vida.
    Algunos antídotos
    Sigmund Freud, han sugerido que uno de los antídotos más efectivos contra la vergüenza es aprender a reírse de uno mismo.
    El sentido del humor es una importante señal de salud mental. Quien es capaz de reírse con los propios relatos de situaciones en las que se sintió humillado o resentido puede notar un descenso inmediato del sentimiento de vergüenza.
    También es un buen antídoto ser capaz de admitir de forma abierta ante los demás aquello que nos avergüenza. En muchos de estos casos, uno puede acabar sintiéndose más respetado que juzgado.
    ¿Y qué? El ridículo se lo hace uno mismo
    Cuando nos encontramos en una situación en la que consideramos que hemos hecho el ridículo debemos empezar a practicar el ¿Y qué? Cuando nos ponemos rojos, ¿y qué?, cuando el discurso que tanto habíamos preparado no sale bien, ¿y qué?
    Cuando no gustamos a alguien, ¿y qué? Y a continuación, decirnos: Mañana volveré a intentarlo, o bien: ellos se lo pierden.
    ¿Pasotismo? No. Sólo respecto aquello que se refiere al juicio superficial y a la valoración en forma de crítica destructiva de los demás. Después de todo, ¿qué es el ridículo? El ridículo nos lo fabricamos nosotros mismos, es cultural y totalmente subjetivo.
    Ecología Emocional. Soler&Conangla. Editorial Amat
    ¿tememos los ojos que nos miran?
    ¿camuflarnos para sobrevivir?
    Si nos escondemos, no nos ven; si no nos ven, no nos juzgan; si no nos juzgan, no van a podernos valorar negativamente y, por lo tanto, no nos sentiremos inseguros ni avergonzados.
    El camuflaje es útil en la naturaleza para sobrevivir. El animal que utiliza esta estrategia suele adoptar los colores de su medio a fin de no ser visto: es la estrategia del camaleón. Pero en el ser humano ¿es siempre bueno y oportuno valerse del camuflaje?
    Si bien es cierto que nos evita la mirada del otro y, por consiguiente, el riesgo de no ser aceptados o aprobados, el camuflaje también nos impide recibir aprobación, estímulos positivos y afecto, ya que no permite que nos conozcan tal y como somos. Así, al no diferenciarnos y no permitir que nos conozcan podemos llegar al punto de no saber ya ni quiénes somos
    Algunas mariposas tienen manchas en forma de ojos que asustan a otros depredadores evitando así ser atacados.
    LOS OJOS QUE MIRAN…
    LOS OJOS QUE NOS MIRAN…
    ¿QUÉ VEN?
    ¿QUÉ CREEMOS QUE VEN?
    ¿QUÉ TEMEMOS QUE VEAN?
    ¡SER COHERENTES CON NOSOTROS MISMOS ES NUESTRA MEJOR PROTECCIÓN!
    ME VOLVI UN SINVERGUENZA Y ME ENCANTA ( hoy me amare lo suficiente como para reconocer que la verguenza es un error de juicio)
    La vergüenza ha sido característica en mí. Es más, es característica de los hijos de alcohólicos. Hemos pasado momentos de gran pena a lo largo de nuestra vida al experimentar la censura, la burla y la lástima de otras personas.
    He sentido pena por cometer errores y por no cumplir con las expectativas propias y ajenas. Creía que la vergüenza era una manifestación de la humildad y por lo tanto una virtud, pero en realidad era producto de mi enorme y susceptible ego. Me ha liberado de ella el comprender que no estoy exento de fallos y el que no necesito la aprobación ni aceptación de los demás.
    A diferencia de antes, no me estaré golpeando con el látigo de la vergüenza. Puedo decir que me he vuelto muy sinvergüenza pero no en el sentido de descarado, fresco o canalla. Es porque ya no  me cargo de culpabilidad ni de auto desprecio cuando cometo fallos. Mucho menos cuando se trata de «fallarle a los otros» por no ser suficientemente atractivo, inteligente, exitoso o lo que sea. Si haciendo Paso Diez detecto que me he equivocado, entonces corrijo.
    No permitiré que el peso de la vergüenza me hunda en la auto-conmiseración ni estanque mi progreso, sino que tomaré medidas para hacer las reparaciones necesarias, aprenderé de mi error y me esforzaré sinceramente en no volverlo a cometer. Ya no siento vergüenza de hablar, de bailar, por haber pagado con mucho cambio, por haber pagado con un billete de alta denominación y obligar a que me dieran mucho cambio, por ir al baño, por buscar los precios más bajos, por decir no y muchas otras cosas más.
    Si siento vergüenza quiere  decir que no estoy pensando correctamente y que sigo presa de mis irracionales expectativas y las de los demás.

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